miércoles, 21 de diciembre de 2011

Me hablas sincera y me esperas cuando empieza el día. Mi guía. Mi faro de Alejandría, si me ves perdido, te miro, y elimino la tristeza de un suspiro. Das sentido a mi existencia, tú. Desobediencia, tú. Sola presencia merece mi reberencia tú. Me diste un don, fuiste mi espada. Siempre encerrada en tu prisión si la inspiración faltaba. Desde la nada me abrazas, no prohibes ni amenazas, tan romántica y auténtica, tú nunca te disfrazas. Como un hada y un verdugo, firme escudo el la batalla, tú, a quién acudo si otros fallan. Me das retos, aventuras y responsabilidad,me das éxito y dinero, me quitas la intimidad, me exiges crear, me haces temblar, soñar, me curas, me eliges para hablar si las calles están mudas. Me desnudas con ternura y siento tu tacto y tu olor, si te veo volar libre entre la voz de un cantautor eres Ópera y Flamenco, eres todo lo que tengo y te amo, mientras brotas entre las notas de un piano. Y me desintegras pintando estas noches negras, me alegras, me invades, me evades, alejas las tinieblas y me resucitas siempre, nunca me mientes eres el recipiente donde lágrimas se vierten.

No hay comentarios:

Publicar un comentario